Bienvenidos al Blog, amigos todos...



Juan Yáñez les saluda y es su deseo compartir con todos aquellos que se acercaron a este espacio a traves del maravilloso mundo de la WEB.




Es la intención del presente medio participar y compartir en la Cultura Universal..., en los hechos de la sociedad y en sus protagonistas. De paso si cuadra, si hay tiempo y espacio.., escudriñar en la política, aunque solo con ojo crítico. (Advertimos que no pertenecemos a ninguna ideología partidista, más que todo por ser unos soberanos ignorantes y poco entusiastas en la materia).



Aquí tienen cabida las palabras, las ideas, las opiniones y todo aquello que se sustancie dentro del más amplio eclecticismo y con el mayor respeto y camaradería...


Foto portada: aplastandolasalmendras.blogspot.com



lunes, 24 de enero de 2011

LO QUE NOS DIJO EL PRESIDENTE EN LA ASAMBLEA NACIONAL



SERIE:  Hablando claro en política

EL BLOG OPINA:

En política hablar claro es una ventaja y a la vez un riesgo. No importa lo que se diga, pero sí importa como se diga y se mantenga lo dicho. Las cosas no se dicen para después desdecirse. Claro, estamos en  la Venezuela del siglo XXI. Una época difícil y a la vez muy confusa, pero hablando se entiende todo el mundo, hasta los mudos, que hablan por señas...

EL NACIONAL - Domingo 23 de Enero de 2011
Siete Días/7


Siete Días

La ética y las gallinas
El Gobierno acaba de descubrir la tolerancia. Hay que tomarles la palabra. Pero hay que recordarles que dialogar no significa claudicar

ALBERTO BARRERA TYSZKA



Y o creo que la clave de todo está en Pancho. En Pancho y en la gallina, por supuesto. 

Porque ya a esta altura es difícil percibirlos por separado. Como ocurre con los viejos matrimonios, ya no pueden existir el uno sin el otro. Ya no se puede entender a Pancho sin la gallina, ni a la gallina sin Pancho. 

Ellos son los que nos pueden ayudar a explicar qué fue exactamente lo que quiso decirnos el Presidente ese sábado en la Asamblea Nacional. 

Partamos de lo obvio: al Presidente le preocupa mucho lo que puedan o no opinar sobre él. Por lo general, además, está en desacuerdo con muchas de las cosas que se comentan. 

Él tiene una visión mucho más favorable de sí mismo. Le parece injusto que lo critiquen. Le resulta desproporcionado lo que dicen de él. No comprende cómo alguien puede llamarlo dictador, cómo a alguno se le puede ocurrir el disparate de acusarlo de comunista, cómo puede haber una persona capaz de hacerlo responsable de la inseguridad o de otros problemas del país. Una buena parte de su memoria y cuenta la gastó tratando de convencernos, intentando mostrar lo confundidos que estamos. Ustedes no ven lo que ven. Ustedes no oyen lo que oyen. Por lo tanto, ustedes tampoco pueden decir lo que dicen. 

Escuchar todo aquello, obviamente, nos confundió todavía más. Estábamos esperando a Terminator y de pronto apareció Winnie Pooh. Todo el mundo revisó de inmediato su boleto de entrada. ¿Acaso nos equivocamos de espectáculo? Probablemente, hasta sus mismos seguidores se desconcertaron. ¿Esto es la tan mentada y anunciada radicalizacón del proceso? ¿Así se profundiza la revolución? Reconoció la existencia de la oposición. No amenazó a nadie. No usó ninguno de sus verbos preferidos (arrollar, demoler, pulverizar...). Repetidamente invitó al diálogo, al trabajo en común. Citó a Cristo y no al padre Fidel. No tenemos por qué destruirnos, algo así dijo. No tenemos por qué exterminarnos, algo así también dijo. Y entonces, para ejemplificar bien todo, para que no dejar abierta ninguna duda, puso el ejemplo de Pancho. 

De Pancho y de la gallina, por supuesto. 

Fue una escena digna de película. El Presidente pide que tomen en serio lo que va a decir. Espera que nadie se burle. 

Quiere hablar con franqueza. 

Lo dice con la yugular en la mano. El Presidente recuerda cuando Francisco Arias Cárdenas era de la oposición. Evoca el momento como si quisiera darle un énfasis especial: él fue como ustedes. Fue uno de ustedes. Todavía más: fue su candidato. ¿No es verdad, Pancho? Y Pancho ahí, asintiendo. 

El Presidente rememora cómo Arias se opuso a la revolución, cómo intentó desplazarlo, cómo compitió en su contra en unas elecciones. 

Apareció en una famosa cuña de televisión con una gallina que aludía a Chávez. 

Era una forma de decir que Chávez era un cobarde, que no tenía discurso, que sólo sabía cacarear... Pero luego vino, mal, casi que pidiendo perdón, hablando pestes de la oposición. ¿Se dan cuentan? Mírenlo ahora. Aquí. Del lado oficial. Puso la torta, se arrepintió y lo perdoné. ¿No es cierto, Pancho? Y Pancho ahí, asintiendo. 

En aquellos años, como también lo recordó el Presidente, Ibsen Martínez escribió una crónica fabulosa a propósito de ese spot publicitario de la campaña de Arias Cárdenas. 

Sostenía Martínez que, en la cuña, la gallina actuaba mejor que el candidato. Quizás, finalmente, por fin ahora, podemos ponderar el verdadero sentido de esa promoción: era un adelantado vaticinio de lo que vimos unos años después. El anuncio de una mutación definitiva. Pancho asiente. Pancho no tiene discurso. Pancho cacarea. 

No deja de ser emblemático que la metáfora de lo que desea el Presidente sea Francisco Arias Cárdenas. Se trata de un caso controversial para ambos bandos. También del lado del oficialismo hay más de un resentimiento. 

Pero ese es el ideal que elige Chávez para referirse a lo que espera de la oposición. Ese es el modelo cuando denuncia que lo cuestionan injustamente, cuando diserta sobre la diversidad, sobre la democracia, sobre la ética del discurso. Pancho empollando el silencio. Ese es el ejemplo a seguir. Lo mismo puede pasar con todos ustedes. Todavía están a tiempo. Arrepiéntanse y vengan a mí. 

El Gobierno acaba de descubrir la tolerancia. Hay que tomarles la palabra y, encima, celebrarlo. Pero también hay que recordarles que dialogar no significa claudicar, renunciar a lo que se cree y se defiende. Dialogar no significa traicionar. Ahí comienza también la ética del discurso. La democracia no es un corral lleno de funcionarios mudos, que sólo aplauden, que sólo asienten. Que no dicen ni pío.


Material gráfico: plomoparejorcr.blogspot.com   noticiasaldia.com   laprotestamilitar.blogspot.com

jueves, 13 de enero de 2011

BEISBOL NO ES FÚTBOL

Beisbol no es fútbol...
ROMER A. ROMERO-MARTÍNEZ |  EL UNIVERSAL
jueves 13 de enero de 2011  03:06 PM
"Toda autoridad usurpada es Ineficaz y sus actos son nulos" 

Artículo 350 Constitucional. "El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos". 

El Dictador cuenta con confundidores y halagadores colusionados -públicos y privados- que tal cual explanan la circularidad del cuadrado y de cómo su dictadura aún es "light", por lo que todavía no es tan dictador como algunos lo refieren. Hasta llegan a la osadía de sugerir que el 2012 definirá la mutación, callando -on purpose- que por 9 años "Ineficaz" ha caminado públicamente la senda del TOTAL desacato a la constitucionalidad, con consumación del homicidio al Estado de Derecho de este paisito. 

Si el animal ladra, come perrarina y usa collar antipulgas, seguramente no es un elefante. Si el Dictador renunció, fue revocado, perdió la elección presidencia -que el maracucho ganó- y recibió un rotundo NO… y desatendió estos indicadores, no es un demócrata y seguramente sus justificadores asalariados considerarán que el fin autorizó el medio: hambre igualitaria para los venezolanos y sustracción de la riqueza nacional para regalarla a los asesinos Castro brothers et al. 

El mejor ejemplo de la trampa dictatorial está dado por el hecho cierto de que el Dictador y sus pretty-eye-ymca boys recibieron más de 1 billón 100 mil millones de dólares ($1.100.000.000.000) de la renta petrolera venezolana de 1 década. Y todos se preguntan ¿dónde está semejante platal? Especialmente "los dojitos obligados" que mantienen el agua al cuello y el rancho destruido a causa de las lluvias; estando en una lista-de-espera para una vivienda, que data de muchos años atrás… porque primero están los bolivianos. ¡Qué olas de traición a la patria y que manada de creyones que aún tienen esperanzas de conseguir la casita en el régimen comunista más malvado que ha existido! Estoy convencido de que estos distraídos son cada día menos, afortunadamente. 

El caso es que los esbirros del Dictador -de ambos lados de la talanquera- pretenden inventarle dotes democráticas, a pesar de que la realidad es otra: (i)hizo trampa electorera y desconoció la proporcionalidad constitucional, lo que le permitió revolucionar las matemáticas al aseverar que 3 millones es mayor que 27 millones; (ii) desatendió el mandato constitucional del artículo 200 y encanó la inmunidad parlamentaria; (iii) desconoció el alcance jurídico del artículo 201 constitucional y pretende mandar sobre la conciencia diputacional; (iv) se hizo delegar facultades legislativas, con justificación en actos de Dios, para dizque fundamentar el robo de la propiedad privada; y (v) usurpa competencias judiciales, electoreras y morales, convirtiéndose en el protagonista, productor, guionista, cuarto bate, centrodelantero y criado de Fidel. 

Lo antes es un brevísimo dossier de las millones de afrentas constitucionales del Dictador… y todavía hay quienes mentan que solo está "medio preñao". "Ineficaz" juega fútbol con reglas del beisbol, y viceversa. Y como iba perdiendo, pidió taima y se esmachetó a La Habana a confirmar si la seña será de bateo-y-corrido o de falta en el área de penalty. 

¡Esto es dictadura! Con presos políticos, violación de los derechos humanos y estado de terror. Y prevaricación y colusión con los que menos usted creía… hasta las "manitos blanquitas". 

El 350 es un mandato constitucional y la única vía democrática que dejó la dictadura. 

Abogado//Químico 
romerromero@interlink.net.ve


material gráfico: noticias24.com   susanavillaran.blogspot.com

sábado, 8 de enero de 2011

REVISITANDO UN LIBRO DE LISSETTE BUSTAMANTE




Lissette Bustamante (¿Acaso existen dos Cubas: la de Fidel y la de Raúl?)

Serie "La política disoluta"

Raúl Castro a la sombra de Fidel.

Un libro a revisitar ante el “neoleninismo” desesperado del menor de los Castro

Baltasar Santiago Martín, Miami | 07/01/2011
Cuando en la primavera del 2010 leí y reseñé para Linden Lane Magazine el libro Raúl Castro a la sombra de Fidel no imaginé que las impresiones de primera mano de la autora sobre las diferencias de Raúl con Fidel fueran corroboradas apenas cuatro meses después por el personaje objeto de su libro.
El hecho de compartir con la autora similares referentes históricos y culturales me facilitó en aquel entonces entender las circunstancias socio-ego-políticas “cifradas” en las 457 páginas de este testimonio sobre sus avatares como periodista de los hermanos Castro —con cierto síndrome de Estocolmo incluido—, que Lissette Bustamante se arrancó de su disco duro de periodista “kamikaze” para compartirlo con sus lectores, y advertirles sobre quién es ese Raúl que recién ha desatado el pandemónium de los cambios económicos “neoleninistas” en la Isla, con despidos masivos incluidos.
Ese socialismo que Raúl ahora pretende “actualizar” es un concepto esencialmente económico, basado en la propiedad estatal sobre los medios de producción y servicios, donde el Estado deviene en un explotador más feroz que los propios capitalistas —prueba de ello es la supresión de los aguinaldos y del derecho a la huelga, la apropiación de la plusvalía de cada trabajador a todo lo largo y ancho de la anti-república, el ocultamiento de los impuestos a los salarios, ya de por sí míseros, de donde ha salido el presupuesto para la supuesta “gratuidad” de la salud y de la educación (una de las más grandes mentiras del sistema); y la total manipulación de los sindicatos por el Partido Comunista—, así que el regreso a la pequeña propiedad privada es un reconocimiento tácito del fracaso del concepto del propio sistema como tal, cual Lenin en su temprano umbral.
La “NPE” (“Nueva Política Económica”) fue un desesperado esfuerzo de Lenin para evitar el colapso del sistema bolchevique, luego de su mal ideada zambullida en el colectivismo forzado, causante solo de hambre y de caos; fue sencillamente una política de retirada, de una colectivización impracticable a un capitalismo de estado, no a un capitalismo de libre empresa o de mercado libre. Y no debemos olvidar que el capitalismo de estado es el sistema económico que permite la propiedad privada por tolerancia, y en condiciones tales que puede siempre ser restringida desde arriba, sin proporcionar al pueblo resguardos, dentro de la misma estructura, contra los abusos de un poder arbitrario, ni siquiera contra la ex-propiación. Capacita al Estado para poner en libertad las potencias dinámicas inherentes a la empresa privada, y luego, cuando considera que es el momento oportuno, a recoger para sí mismo los resultados fecundos. Se relaciona mucho más íntimamente con el fascismo y con el comunismo totalitario que con el capitalismo de la libre empresa, así que no nos llamemos a engaño, para poder descifrar bien hacia dónde pretende enrumbar Raúl el averiado “Cubanic”, después de su interminable choque con el iceberg castrista, ya que cuando un dictador comunista se ha enfrentado a una crisis de producción, ése ha sido su exacto proceder para obtener resultados, pero en circunstancias que protejan el monopolio de autoridad absoluta del estado.
Lissette Bustamante tiene el mérito enorme de haber logrado escribir un testimonio bien documentado y preciso sobre su cercanía a los dos hermanos, que luego de “tamizado”, funciona como un utilísimo manual para diferenciar a Raúl de Fidel, y verlo como el menor de los dos males, al no quedarnos más remedio que aceptarlo tras la enfermedad del mayor, y sobre todo cuando se produzca su baja técnica, esperada con tanta impaciencia por la palmas.
Se necesita coraje y ovarios para que una mujer sola, incomprendida y batuqueada por ambos bandos, se haya decidido a escribir este libro, donde rompe el fuego nada menos que con una carta al heredero, donde va mucho más allá de interceder por sí misma para poder ejercer ese derecho humano inalienable que es entrar y salir libremente de su país —ya ha podido ir a Cuba dos veces después de la publicación del libro—, al confrontar sin tapujos a su destinatario cuando le dice, sobre el caso Ochoa: “allí pronunció un discurso desastroso y ridículo, tal vez el más lamentable y difícil de toda su vida”, y le menciona después a José Abrahantes, “quien poco después murió en la cárcel en extrañas circunstancias”.
Lissette menciona en su carta a Raúl una frase de la periodista italiana Oriana Fallaci, ya fallecida —con quien varias veces la comparara Raúl—, que resume su conducta en el exilio: “La desobediencia hacia los prepotentes siempre la he considerado como el mejor modo de usar el milagro de haber nacido”.
Ya en el cuerpo del libro, la periodista desgrana con total profesionalismo y abundante documentación toda una serie de eventos interrelacionados de un modo u otro con el caso cubano, que van desde los procesos en el ex-Campo Socialista hasta los cambios hacia la economía de mercado realizados por China y Viet Nam, “estudiados y analizados con mucho cuidado por los hombres de la confianza de Raúl”, preclara señal de lo que se avecinaba a finales del 2010.
Valiente Lissette cuando afirma de Fidel: “Ha sido un mago del poder. Ha hecho aparecer y desaparecer a los seres humanos. A todo aquel que le ha molestado lo ha evaporado”; cuando dice: “Raúl tiene ahora la posibilidad de dejar de ser, por unos años, el ‘bellaco’ de los Castro”, y cuando afirma: “El agua sulfurosa de la película Alicia en el pueblo de Maravillas la hemos bebido casi todos”.
La “muchachita de la televisión” de Fidel le salió mucho más que “preguntona” —reproche que le hizo a Lissette el dictador en su primer encuentro por haber abogado ella por Silvio y por Pablo—, para luego convertirse en su periodista —con menos de treinta años—, hasta que en 1988 Lissette dejó de decir: “Comandante en Jefe, ordene”, y Castro I la puso en el “Plan Pijama”: en casa, apartada de sus funciones, pero cobrando el salario mensual.
“El miedo es el camino al lado oscuro”, cita Lissette del maestro Yoda, como clara señal de la transparencia que la obsede, y que para mí constituye una de sus más grandes virtudes, recurso a la vez para tratar de escapar de ese lado oscuro y velado, donde nada cubano ni humano le es ajeno.
Lissette continúa sin quitar el dedo del renglón, poniendo tildes a diestra —y a veces, a siniestra—. Detalla las ventas millonarias de los Estados Unidos a Cuba, pica y se extiende sobre el fallido tema del Plan de Perfeccionamiento Empresarial de Raúl —páginas que pueden ser editadas sin consecuencia alguna porque muy poco aportan a la revitalización de una economía ya cadáver, prueba de lo cual es la actual zambullida del régimen en la pequeña propiedad privada como tabla de salvación—; habla de una supuesta “perestroika pinareña”; del robo generalizado al Estado, del desprecio de Fidel por la cultura cubana; todo ello desde su historia personal de cuando vivía en la Isla, “la mejor manera de interpretar las cosas, en este caso, la Revolución Cubana”, según la opinión de Edmundo Desnoes, citada por la autora.
Sobre la “reconciliación” de los cubanos de un lado y de otro, Lissette recomienda “que hay que conversar, ya se está conversando”, lo cual consideré un intenso deseo sublimado de la autora ante un régimen sordo que nunca iba a dar su brazo a torcer, pero los recientes acontecimientos le han ido dando la razón: se han ido liberando los presos de conciencia, y ahora ya vienen los cambios económicos, que aunque no resolverán el problema por completo, al menos “le darán agua al dominó”.
En el capítulo 19, “Y después de Fidel, ¿qué?”, Lissette se muestra bastante indulgente con su antiguo segundo jefe, y sobre el país que ha heredado, con comentarios como éstos:
– “Con mayor o menor entusiasmo, todo indica que la inmensa mayoría de los cubanos reconocen los beneficios que la Revolución trajo a sus vidas, más allá de las críticas”.
– “En cualquier otro país del mundo, si Raúl no hubiera vivido bajo la sombra de su hermano mayor, se reconocería que es una figura de grandes logros profesionales…”
– “Raúl, en medio de la grave y desesperante crisis de 1994, rompió públicamente con Fidel y abogó por la liberalización de los mercados agrícolas”.
– “…el sistema de salud cubano puede brindar mejores lecciones al estadounidense”.
Pero la periodista kamikaze vuelve a contradecirse cuando escribe: “Los sentimientos más extendidos son la desesperanza, la desconfianza, la falta de ilusiones y el agotamiento. Irse del país o vivir fingiendo son las alternativas más comunes”, y “No hay dudas de que el período revolucionario deja una capital en ruinas, irrecuperable en su mayor parte”.
Coincido con la autora en que sus letras son… “un intento de exorcismo”, pero la alerto contra la trampa de la nostalgia, de esa nostalgia por una Cuba que ya no existe, porque la juventud no vuelve ni los viejos amigos tampoco; y si al fin Raúl Castro la dejara regresar (como al fin sucedió, tras quince años sin dejarla entrar), solamente encontrará las ruinas de sus recuerdos; y la alerto también contra su evidente añoranza por el protagonismo ejercido como periodista de los hermanos Castro: “(…) no niego que ha sido importante andar y desandar una parte importante de los laberintos del poder castrista”.
Como “Anexos” del libro, aparece una especie de bitácora parcial, y por tanto incompleta, de Raúl Castro, que no obstante, nos refresca sus tempranas filias comunistas, y su manía de pedir pena de muerte hasta para los propios.
Los hechos finalmente le han ido dando la razón a Lissette —cuando insistía en el pragmatismo del hermano menor—, pues efectivamente Raúl ha aceptado soltar paulatinamente a los 52 presos de conciencia remanentes de la Primavera Negra del 2003, lo ha estado haciendo, y ahora ha emprendido las reformas económicas tan largamente esperadas, aunque las liberaciones sean en realidad destierros, y dichas reformas una tardía neo-NEP leninista que evidencia el rotundo fracaso de la llamada “Ofensiva revolucionaria” de 1968.
La “muchachita de la televisión” de Fidel ha sufrido mucho, pero para que este “exorcismo” sea totalmente efectivo, necesita bajarse de ese muro del Malecón virtual en que haya autoatrapada, sin poder caminar a gusto ni por Galiano ni por Collins Avenue, y aceptar de una vez el exilio como un proceso enriquecedor, tanto para su presente como para su futuro, como deberíamos verlo todos aquellos que un día tuvimos que abandonar el barrio de nuestra infancia para cruzar otros meridianos y/o paralelos.
Una esquina de La Habana actual

Material gráfico: librosnaulan.es   chavatoscopio.wordpress.com   tayosycentellas.net






domingo, 2 de enero de 2011

CUANDO UN DICTADOR NO QUIERE DEJAR SU SILLA...


 Juan Yáñez

                                         África es un continente que empieza a despertar o mejor dicho, lo está haciendo desde hace un tiempo dando pequeños pasos pero ya está pisando firmemente el suelo y animándose a caminar con mayor seguridad y propiedad. Para dar testimonio de ello viene al caso los recientes acontecimientos que se suceden en Costa de Marfil, una nación que está en el medio de la escala que marca un lugar nada despreciable en  desarrollo económico mundial. Tiene un ingreso per cápita de casi mil quinientos dólares anuales, veinte y un mil habitantes y su territorio alcanza más de trescientos mil kilómetros cuadrados.  Una superficie un poco mayor que la de Italia.  
El presidente saliente Laurent Gbagbo
Padeció es país una guerra fraticida durante dos años de 2002 hasta 2004 y luego de esta y hasta nuestros días, continuas dificultades que obligaron al gobierno del presidente Laurent Gbagbo a convocar a unos comicios presidenciales que arribaron a una elección popular  que se celebrara recientemente.

A la izquierda Alassane Ouattara
 El presidente atrás nombrado abusó de su cargo al utilizar el erario público para hacer campaña  política y demás ventajas que le da el cargo. A pesar de todo resultó perdedor en la contienda y otros candidatos alcanzaron un número mayor de votos sobresaliendo Alassane Ouattara, quien fuera reconocido internacionalmente como presidente electo de la República de Costa de Marfil.  
 En estos últimos cinco días se contabilizaban doscientos muertos por protestar precisamente porque el presidente derrotado no acepta el resultado y no está dispuesto a abandonar su cargo. Se siente apoyado por las fuerzas armadas. La situación en el día de hoy dos de enero de 2011, luce sumamente delicada. Más de veinte mil marfileños han abandonado el país buscando refugio en su vecina Liberia y están convencidos que una guerra civil ha comenzado. El mandatario saliente (pero que no quiere salir) aduce en su defensa que con su partida se perderían las conquistas populares que con su gobierno se han alcanzado y todo ello es avalado por las fuerzas armadas, quienes están casadas con el mandatario. Un disparate similar a los tantos que estamos lo venezolanos  habituados y por ello nos venimos con prisa a nuestra tierra para comparar y evaluar actitudes gubernamentales de similar cuño y  probable pronóstico, que nos preocupan e incluso son capaces de quitarnos el sueño.   Ya un importante comandante de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales se pronuncio al respecto y adelantó la posición del cuerpo que representa, quien según sus palabras, no acataría de ninguna manera una voluntad contraria a los intereses del régimen. Es entonces que lo que viene es candela, queridos amigos y  que debemos ser precavidos,  cuidadosos de nuestros derechos y valernos de la letra de la Constitución de la República, sacrosanta herramienta para hacer valer y exigir lo que por ley nos corresponde.
  
Material gráfico, agradecimientos a: viajejet.com  elmundo.es    eseurones.net    elporvenir.mx