El buque Alakrana fue secuestrado frente a las costas de Somalia
Al menos
500 marineros continúan en manos de grupos piratas. El año pasado los bucaneros
capturaron a 1.016 personas.
EDUARDO
S. MOLANO / NAIROBI. EL PAÍS, MADRID
Día
17/09/2011 - 05.46h
Del
condado británico de Hertfordshire a las tierras de Cebú. En los últimos
tiempos, la furia de los secuestros protagonizados en Somalia por islamistas y
piratas parece no entender de origen ni credo. Este miércoles, la milicia de Al
Shabab desmintió su participación en el reciente
secuestro de una ciudadana británica, así como del asesinato de su marido,
en la costa de Kenia.
El pasado
domingo, hombres fuertemente armados allanaron el complejo de lujo «Kiwayu Safari
Village», situado en la frontera entre Kenia y Somalia, matando a tiros al
editor David Tebbutt, de 58 años, y tomando como rehén a su esposa Judith,
de 56 años, antes de huir en barco del lugar.
«Al
Shabab no ha secuestrado a ningún británico de Kenia. Creemos que fueron
bandidos quienes llevaron a cabo el ataque», aseguró un miembro de la milicia a
la agencia Reuters. El foco mediático se localiza en Kismayu, al sur del
Somalia, donde se cree que se encuentra la secuestrada.
Sin
embargo, la suerte de otros secuestrados es ya parte del olvido. A día de hoy,
según la organización Ecoterra, cerca de 500 marineros se encuentran en
manos de piratas somalíes. El año pasado los bucaneros capturaron a 1.016
personas en las costas del Índico con un tiempo medio de cada secuestro cercano
a los cinco meses. La privación de libertad de buena parte de ellos, no
obstante, se posterga por más de un año.
Rescates
millonarios
En el
último incidente, registrado el pasado mes de agosto, al menos 21 miembros de
la tripulación del carguero Fairchem Bogey -con bandera de las islas Marshall-
fueron capturados en las cercanías del puerto de Salalah (Omán). En su mayoría,
filipinos.
Su origen
no es extraño. Como destaca Alec Coutroubis, de la Universidad de
Greenwich, en los últimos tres años, las nacionalidades del 75% de los
secuestrados en aguas del Índico se han limitado a tan solo diez países:
Filipinas, India, China, Turquía, Rusia, Ucrania, Tailandia, Sri-Lanka, Rumania
y Bulgaria.
¿Su
suerte? Poco esperanzadora. Sobre todo, en el caso de los filipinos (26% del
total), cuyo Gobierno históricamente se ha mostrado reacio a entablar
negociaciones con los secuestradores para el pago de rescate, única medida que
garantiza su liberación.
Pero si
la nacionalidad de los capturados se mantiene de forma uniforme, no así el
«modus operandi» de sus carceleros, quienes en los últimos meses han sustituido
a los clásicos centros de reclusión de Eyl o Harardhere por grandes buques
amarrados en la localidad de Hobyo.
Y no
parece que la medida les haya ido mal. Desde 2005, el pago medio de los
rescates por buque liberado se ha incrementado desde los 150.000 dólares
hasta los cinco millones.
Un
francés secuestrado
Las
capturas en territorio somalí no se limitan a los clanes piratas. Desde hace
más de dos años, Denis Allex -un agente de los servicios de seguridad
franceses-, permanece secuestrado en Somalia por las milicias islamistas de Al
Shabab, consideradas la rama de Al Qaida en el Cuerno de África.
El
secuestrado formaba parte de un dispositivo del Ejército francés en apoyo al
Gobierno federal de transición del presidente Sharif Sheikh Ahmed. Una
operación que se complementaba, en su momento, con el entrenamiento de 500
civiles somalíes que la Legión extranjera realizaba en una de sus bases en
Yibuti.
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EL BLOG OPINA
Parece una perogrullada
digna de brutos, pero una realidad vergonzosa. Injustificable es que las autoridades responsables y que representan a la sociedad internacional
no sean capaces de darle solución a las atrocidades que esta nota señala. ¿Cómo
es posible que bandidos de la peor calaña y de la condición más supina, se
burlen tan descaradamente ante la mismas narices de poderosos estados e
instituciones internacionales que deberían proteger a todo ser humano? ¿Para
que tienen tanto armamento, logística, sistemas de alta sofisticación, si no
son capaces de controlar unos vulgares rateros que asolan impunemente, no en la
Luna, ni en Marte o Venus, sino en la geografía de nuestro propio planeta? ¿Será
que disponen del poderío bélico para emplearlo en contra de gente inocente,
como ocurre tan a menudo, sin la menor culpa, que absolutamente a nadie le
importa? ¿Será que están para obedecer prioritariamente a
intereses de “alta política internacional” que se anteponen a la decencia, la
moral y la justicia?
Pobre humanidad con
líderes de esa condición…