POR JULIETA ROFFO Clarín
Entre 1915 y 1923, a través de marchas
forzadas, asesinatos, hambre y sed, el Imperio Otomano persiguió a la población
armenia. Se estiman entre un millón y medio y dos millones de muertos.
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26/08/13 - 12:58
El Holocausto que asedió mayormente a la población
judía durante los años de nazismo es uno de los más grandes crímenes de Esta matanza, cuyo número total de víctimas está estimado entre un millón y medio y dos millones de civiles armenios, comenzó el 24 de abril de 1915 cuando el gobierno del entonces Imperio Otomano, en mano de los Jóvenes Turcos, decidió apresar a 35 intelectuales armenios entre los que había escritores, médicos, sacerdotes y poetas, entre otros líderes de esa comunidad en lo que hoy es Estambul.
Algunos días después a ese 24 de abril, día en que hoy es mundialmente recordado el genocidio armenio, los detenidos ya eran 600 y muchos de ellos fueron asesinados. A principios de junio, el gobierno otomano ordenó deportar a toda la población armenia sin permitirles cargar con medios que les ayudaran a sobrevivir. No fueron el único grupo étnico perseguido, como ocurriría luego durante el nazismo: los asirios y los serbios, entre otros, también fueron asediados, aunque eran minoría.
La “coartada” de los Jóvenes Turcos al mando del Imperio Otomano era que los armenios estaban encabezando algunos movimientos rebeldes de corte nacionalista: con ese argumento, los obligaron a participar de marchas forzadas que duraban cientos de kilómetros, en las cuales los gendarmes, además, les robaban y los violaban, e imperaba el hambre y la sed que muchas veces conducían a la muerte. Según los historiadores que reconocen el genocidio, se calcula la existencia de unos 26 campos de concentración, algunos únicamente fosas comunes, otros lugares en los que las epidemias y la inanición terminaban con la vida de las víctimas. Esos campos se ubicaban especialmente cerca de las fronteras con Siria e Irak.
Esta grave matanza, a pesar de su masividad, es aún discutida en el mundo: sólo 22 Estados la reconocen como un genocidio, entre los cuales se cuenta
Un ejemplo de la negación por parte del estado turco del genocidio armenio son las duras críticas que el escritor Orhan Pamuk, nacido en Estambul en 1952 y ganador del Premio Nobel de Literatura en
En 1985, el Diario Armenia, una publicación de la comunidad de esa nación en
La violencia deshumanizadora estaba a la orden del día, y se cobró miles de vidas, aunque casi cien años después todavía se discuta el nombre de aquella matanza