Juan Yáñez
África es un continente que empieza a despertar o mejor dicho, lo está haciendo desde hace un tiempo dando pequeños pasos pero ya está pisando firmemente el suelo y animándose a caminar con mayor seguridad y propiedad. Para dar testimonio de ello viene al caso los recientes acontecimientos que se suceden en Costa de Marfil, una nación que está en el medio de la escala que marca un lugar nada despreciable en desarrollo económico mundial. Tiene un ingreso per cápita de casi mil quinientos dólares anuales, veinte y un mil habitantes y su territorio alcanza más de trescientos mil kilómetros cuadrados. Una superficie un poco mayor que la de Italia.
El presidente saliente Laurent Gbagbo |
Padeció es país una guerra fraticida durante dos años de 2002 hasta 2004 y luego de esta y hasta nuestros días, continuas dificultades que obligaron al gobierno del presidente Laurent Gbagbo a convocar a unos comicios presidenciales que arribaron a una elección popular que se celebrara recientemente.
A la izquierda Alassane Ouattara |
El presidente atrás nombrado abusó de su cargo al utilizar el erario público para hacer campaña política y demás ventajas que le da el cargo. A pesar de todo resultó perdedor en la contienda y otros candidatos alcanzaron un número mayor de votos sobresaliendo Alassane Ouattara, quien fuera reconocido internacionalmente como presidente electo de la República de Costa de Marfil.
En estos últimos cinco días se contabilizaban doscientos muertos por protestar precisamente porque el presidente derrotado no acepta el resultado y no está dispuesto a abandonar su cargo. Se siente apoyado por las fuerzas armadas. La situación en el día de hoy dos de enero de 2011, luce sumamente delicada. Más de veinte mil marfileños han abandonado el país buscando refugio en su vecina Liberia y están convencidos que una guerra civil ha comenzado. El mandatario saliente (pero que no quiere salir) aduce en su defensa que con su partida se perderían las conquistas populares que con su gobierno se han alcanzado y todo ello es avalado por las fuerzas armadas, quienes están casadas con el mandatario. Un disparate similar a los tantos que estamos lo venezolanos habituados y por ello nos venimos con prisa a nuestra tierra para comparar y evaluar actitudes gubernamentales de similar cuño y probable pronóstico, que nos preocupan e incluso son capaces de quitarnos el sueño. Ya un importante comandante de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales se pronuncio al respecto y adelantó la posición del cuerpo que representa, quien según sus palabras, no acataría de ninguna manera una voluntad contraria a los intereses del régimen. Es entonces que lo que viene es candela, queridos amigos y que debemos ser precavidos, cuidadosos de nuestros derechos y valernos de la letra de la Constitución de la República , sacrosanta herramienta para hacer valer y exigir lo que por ley nos corresponde.
Material gráfico, agradecimientos a: viajejet.com elmundo.es eseurones.net elporvenir.mx
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