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Juan Yáñez les saluda y es su deseo compartir con todos aquellos que se acercaron a este espacio a traves del maravilloso mundo de la WEB.




Es la intención del presente medio participar y compartir en la Cultura Universal..., en los hechos de la sociedad y en sus protagonistas. De paso si cuadra, si hay tiempo y espacio.., escudriñar en la política, aunque solo con ojo crítico. (Advertimos que no pertenecemos a ninguna ideología partidista, más que todo por ser unos soberanos ignorantes y poco entusiastas en la materia).



Aquí tienen cabida las palabras, las ideas, las opiniones y todo aquello que se sustancie dentro del más amplio eclecticismo y con el mayor respeto y camaradería...


Foto portada: aplastandolasalmendras.blogspot.com



domingo, 22 de diciembre de 2013

¿Por qué Platón desea expulsar a los poetas de la ciudad?



 FilosofíaLiteraturaSelección de textos by Carlos Javier González Serrano 
21 diciembre, 2013
“Pues es de las opiniones de donde viene la persuasión, y no de la verdad” (Fedro, 259e-260a)

                                                                   Hace algunos días tuve la suerte de participar en la presentación de un nuevo libro recogido en la colección “Clásicos europeos” de Plaza y Valdés Editores, dirigida por el investigador Roberto R. Aramayo. Se trata de uno de los diálogos más breves (y más desconocidos) de Platón: Ion, traducido y comentado excelentemente por el profesor Javier Aguirre (UPV).
Para hacer notar la importancia de esta obra platónica, quizás sea conveniente comenzar con una alusión a El Banquete. En este diálogo, en el que, como es sabido, asistimos a una reunión que tiene como anfitrión al poeta Agatón (que acababa de ganar por aquel entonces un certamen trágico), y en la que se dan cita diversas personalidades intelectuales de la época, Fedro (considerado el “padre del discurso”) propone loar a Eros (amor) con los mejores discursos que los contertulios sean capaces de proferir. Es en el quinto lugar, antes de la intervención de Sócrates (y de su boca, la de Diotima), cuando toma la palabra el propio Agatón. Un momento, hay que decirlo, muy esperado por todos los que allí se dan cita: por un lado, por el estatus social que Agatón ocupa en el encuentro (como hemos dicho, es el anfitrión), pero, sobre todo, porque no hay quien ignore el dominio que el poeta posee del lenguaje, lo que convierte sus discursos en verdaderas obras de arte que encandilan al más templado.
Sin embargo, debemos imaginar desde muy pronto a un Sócrates escéptico respecto a esta intervención de Agatón. Un Agatón que, sin embargo, comienza su elogio a Eros de una manera en absoluto sospechosa: nada menos que con una advertencias de carácter formal mediante la que avisa que “en primer lugar quiero indicar cómo debo hacer la exposición y luego pronunciar el discurso mismo”, pues, a pesar de que sus anteriores compañeros han hablado de muy variados asuntos, no lo han hecho, a su juicio, del mejor modo posible, ya que “no han encomiado al dios, sino que han felicitado a los hombres pos los bienes que él les causa”. La intención de Agatón, nos cuenta él mismo, es descifrar la auténtica “naturaleza” de Eros, para más tarde desprender de ella sus posibles efectos en la esfera humana.
Platón y la poesía. Ion. Plaza y Valdés Editores, 2013, 208 pp., 16,50 euros
A pesar de su originaria -y loable- intención, la intervención de Agatón cobra tintes evanescentes (muy discutibles desde el punto de vista argumentativo) y culmina, finalmente, con un bello himno en el que se exponen las más llamativas características de Eros. Y es que, para Agatón, la música de las palabras desempeña un papel fundamental en el ejercicio de su oficio. Un oficio que, a fin de cuentas (y él lo sabe muy bien), consiste en el poder que sobre los sentimientos pueden ejercer las palabras… si son expuestas de la manera adecuada.
La crítica socrática no se hace esperar. Cuando Erixímaco pregunta al filósofo ateniense si no se siente nervioso por la inminencia de su intervención, tan seguida de la maravillosa y abrumadora ponencia de Agatón, Sócrates contesta: “¿Y cómo, feliz Erixímaco, no voy a estarlo, no sólo yo, sino cualquier otro que tenga la intención de hablar después de pronunciado un discurso tan espléndido y variado? Bien es cierto que los otros aspectos no han sido igualmente admirables, pero por la belleza de las palabras y expresiones finales, ¿quién no quedaría impresionado al oírlas?”, es decir, se pregunta Sócrates, ¿quién no caería rendido y embelesado ante el influjo que alguien como Agatón imprime a las palabras, con independencia del tema tratado? Ahora bien, ¿es esto lo realmente importante cuando de lo que se trata es de que la verdad haga aparición?
La puntilla la dará Sócrates cuando sitúa al mismo nivel que al poeta al sofista Gorgias, de manera que a Agatón le es asignado el papel de “poeta-sofista” -que a éste tan poco gustará-. Si algo ha hecho el anfitrión del banquete a ojos de Sócrates, es disolver la materia en la forma, derretir el concepto en la imagen y, en definitiva, tornar el contenido del discurso en pura palabrería. Argucias que nada tienen que ver con la intención socrática de “decir la verdad”. Al filósofo le molesta enormemente que sus anteriores compañeros, y más incluso el poeta Agatón, hayan perdido el tiempo “removiendo” todo tipo de palabras, seleccionando distintos aspectos que, fueran o no ciertos, son presentados “de la manera más atractiva posible”. Reprimenda sin parangón en los diálogos platónicos, la que Sócrates propina a sus interlocutores tras la malhadada intervención de Agatón.
Y es que Sócrates no desea llevar a cabo una “ficción” de elogio a Eros, sino un elogio según la verdad de la cosa. La oratoria, en este sentido, está fuera de lugar. Por contra, el poeta no duda en regalar el oído del auditorio con la única finalidad de deleitar a los presentes, algo que tan en contra está de la educación que Platón presenta en su programa pedagógico de la República. Si acudimos, por ejemplo, al Gorgias (502 b-c), comprobaremos cómo Sócrates equipara la poesía trágica a la retórica, que sólo busca ofrecer placer al público y, en última instancia, su admiración y la subsiguiente adulación. La conclusión del filósofo es apabullante: “Así que la poética viene a ser una demagogia”.
“Es a la verdad, querido Agatón, a la que no puedes contradecir” (Banquete, 201 c)
No pensemos, empero, que esta crítica moral deja fuera de juego a la poesía de manera definitiva, pues tanto en Leyes como en República Platón reconoce en repetidas ocasiones la labor educativa de la poesía y de los poetas, aunque, eso sí, critica el modo en que éstos llevan a cabo su oficio. Un modo que siempre habrá de estar guiado por la filosofía. Por ejemplo, afirmará que los poetas nos seducen con “mentiras innobles” (República, 377 e) sobre los dioses, a quienes envuelven sin ningún tipo de pudor en refriegas que sólo tienen lugar en el terreno humano (guerras de amplio calado, truculentas historias de amor y sexo, etc.). En opinión de Platón (ibid., 387 e), los llantos y las quejas de los rapsodas deben ser eliminados de sus representaciones, pues lo único que consiguen es que el público se sienta legitimado a actuar de igual manera en su vida. Para el discípulo de Sócrates, el problema principal no es que las historias que los poetas transmiten sean falsas, sino que son vergonzosas desde un punto de vista moral (ibid., 378 b-e); por mucho que justifiquen sus discursos a través del recurso a la alegoría, lo realmente dañino de sus intervenciones es la impresión que generan en el auditorio. Una ciudad regida por filósofos (ibid., 378 d) no puede permitirse este tipo de actitudes: todo ha de estar encaminado a conseguir la excelencia de los ciudadanos.

Plaza y Valdés Editores, 448 pp. 28 euros


Como señala brillantemente la profesora Rocío Orsi en su imprescindible obra El saber del error. Filosofía y tragedia en Sófocles (las páginas que dedica a Platón son particularmente cautivadoras),
los poetas retratan el peor perfil del hombre, su imagen cuando está dominado por su parte más irracional y sensible, y así suscitan emociones contradictorias. De ese modo, los poetas contribuyen al desarrollo de esa parte irracional, la alimentan y la fortalecen, de manera que propician una relación jerárquica inversa entre las partes del alma y aceleran así su corrupción. [...] [P]or eso, porque la educación moral del ciudadano es la base sobre la que se levanta un estado justo y en armonía, los poetas, esos poetas que la tradición ha entronado, no pueden instalarse en la ciudad ideal. Allí sólo tendrán cabida los compositores de himnos a los dioses y de encomios a los hombres buenos. [...] En definitiva, la crítica de Platón a la poesía tradicional apunta a su carácter emotivo, a su estímulo de las pasiones que alimentan lo peor que hay en nosotros.
Es decir, que el poeta, para Platón, al cultivar su poco juicioso gusto por las atrocidades humanas, por el infortunio, la calumnia o la muerte, retrata el peor de los perfiles humanos. Un perfil que expone ante la atenta mirada de un auditorio ávido por escuchar sus historias, en las que los personajes se encuentran bajo el fatal imperio de lo irracional y lo sensible. Así, en el Ion (535 c-e), Sócrates interroga al joven rapsoda sobre este asunto en particular: “¿Sabes, pues, que también en la mayoría de los espectadores provocáis vosotros esos mismos efectos?”, es decir, ¿sabes, Ion, que estáis haciendo un flaco favor a la sociedad al procurar un ejercicio mimético sobre aquello que de peor existe en nosotros? Si algo hay que imitar, es la virtud, mientras se evita el fomento de actitudes que deforman lo real y que sólo nos transiten la pura apariencia de las cosas.
Una crítica, la anterior, que puede acompañarse de otra de corte epistemológico, cuando por ejemplo en Apología (22 a-c) Sócrates asegura que los poetas no hacen lo que hacen
por sabiduría, sino por cierta cualidad natural e inspirados por un dios, como los adivinos y los compositores de oráculos, ya que éstos dicen también cosas bellas, pero no entienden nada de lo que dicen. Me pareció que, asimismo, los poetas experimentaban una experiencia tal, y a la vez me di cuenta de que ellos creían que eran hombres muy sabios, incluso en las demás cosas en las que no lo eran, a causa de la poesía.
Así, la poesía no sólo fomenta el delirio y la imitación de acciones que dejan a los seres humanos desarmados antes las veleidades del Destino, sino que además Platón cree no estar seguro de si poseen un conocimiento certero de su propia actividad, y más allá, de aquello que cantan. Un aspecto que el Ion presenta desde el comienzo (530 b-c):
Por cierto, Ion, créeme que en numerosas ocasiones os he enviado a vosotros, los rapsodas, por vuestro arte; pues conviene siempre a vuestro arte adornar el cuerpo y aparecer del modo más hermoso posible; y por otro lado, os es necesario ocupar vuestro tiempo en otros muchos y buenos poetas, y muy especialmente en Homero [...]. Todo esto es envidiable, pues uno no llegaría a ser un buen rapsoda si no comprendiera las cosas dichas por el poeta. En efecto, el rapsoda debe llegar a ser un intérprete del pensamiento del poeta para los que escuchan, y hacer eso correctamente sin saber qué dice el poeta es imposible.
Y es que, a fin de cuentas (República, VII), Platón no puede reconocer

otra ciencia, que haga al alma mirar a lo alto, que la que tiene por objeto lo que es (el ser) y lo que no se ve, ya se adquiera esta ciencia mirando a lo alto con la boca abierta, ya bajando la cabeza y teniendo medio cerrados los ojos; mientras que si alguno mira a lo alto con la boca abierta para aprender algo sensible, nuevo que aprenda nada, porque nada de lo sensible es objeto de la ciencia, y sostengo que su alma no mira a lo alto sino hacia abajo, aunque esté acostado boca arriba sobre la tierra o sobre el mar.



domingo, 24 de noviembre de 2013

Los grandes misterios del sueño



Por  y   | Para LA NACION  Premio Ciencia que Ladra-LA NACION


                                                  El ensayo ganador de la edición 2013, escrito por Diego Calb y Ana Moreno, enfrenta un enigma para el que no hay aún respuestas concluyentes: por qué dormimos; en el fragmento que se reproduce a continuación, coinciden algunas de las teorías que buscan explicar el fenómeno y la soñadora Alicia, en su descenso al País de las Maravillas.

 Todos necesitamos dormir. O, al menos, todos los animales. Los humanos podemos hacerlo boca arriba, boca abajo, de costado, abrazados a la almohada o al compañero de cama, con las piernas flexionadas... En fin, somos bastante creativos. Pero si alguna vez quisiéramos innovar, contamos con los demás integrantes del reino animal, que nos ofrecen un variado catálogo de formas de reposo.

Los murciélagos, por ejemplo, duermen aproximadamente diecinueve horas por día, y lo hacen colgados de las patas, "viendo tu panza al revés", como bien dijo Luca Prodan. A más de uno de nosotros nos darían ganas de vomitar, o al rato empezaríamos a tener dolor de cabeza, pero parece que a estos particulares mamíferos les gusta. Además, una de las ventajas de esta posición es que les permite esconderse mejor y evitar que los ataquen porque, a diferencia de otras criaturas voladoras, los murciélagos no pueden correr para despegar. Así que, en caso de peligro, con sólo dejarse caer ya pueden huir.
Otro animal con una forma de dormir bastante peculiar es la jirafa, que lo hace de pie, con un ojo constantemente abierto, mientras mueve las orejas de lado a lado. De esta manera, se mantiene alerta por si a algún predador se le ocurre merodear la zona en busca de alimento de cuello largo. Quizá sea una forma un poco estresante para dormir, pero sobre posiciones, no hay nada escrito.
También el delfín encontró una forma de descansar sin poner en riesgo su vida: cierra un ojo, silencia la mitad del cerebro y, mientras tanto, ¡sigue nadando! Lo mismo hace el pato.
Las posiciones para dormir que encontramos en la naturaleza son tan variadas que casi se podría escribir el Kama Sutra del descanso, aunque por motivos más que obvios no tendría tanto éxito como el original. Así que quienes se aburrieron de simplemente cerrar los ojos, o no encuentran una posición cómoda, pueden intentar quedarse parados o usar solamente medio cerebro. Sin embargo, a menos que estuvieran en medio de la selva, y los rondara algún predador, ese esfuerzo no tendría demasiado sentido.
Por lo general, el sueño es muy ligero en las especies sin defensa, como la gacela, y muy pesado en las que tienen pocos enemigos naturales, o ninguno. Por eso cuando vemos a un león casi siempre notamos que está durmiendo profundamente (ya que para las tareas de la casa -o de la sabana- están las leonas).

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO

 Supongamos que dormimos un promedio de ocho horas por día. Al mes, habremos dedicado alrededor de 240 horas a esta actividad, lo que daría un total de 2920 al año. Si calculamos llegar como mínimo a los 80 años, pasaríamos 233.600 horas durmiendo, es decir, ¡más de 26 años!

Y en 26 años se pueden hacer muchísimas cosas. A esa edad, por ejemplo, Maradona ganaba el segundo mundial para la Argentina, y arrancaba lágrimas con su jugada de barrilete cósmico. Einstein publicó sus tres famosos artículos sobre la relatividad en la revista Annalen der Physik und Chemie [Anales de Física y Química]. Y Miguel Ángel ya había esculpido la Pietà , esa que nos maravilla cuando la vemos en el Vaticano. ¿Cómo puede ser que dediquemos un tercio de nuestra vida a dormir, en lugar de hacer esos viajes tan deseados, de salir con amigos o disfrutar interminables asados familiares?
Varios equipos científicos se hicieron la misma pregunta, tan difícil de contestar y, aunque propusieron diversas teorías, siguen sin ponerse de acuerdo. En este sentido, la ciencia y la política no son tan diferentes: casi siempre hay ideas contrapuestas que avivan el debate. Todas suelen aportar un punto de vista distinto y nos ayudan a entender mejor lo que sucede; en este caso, por qué dormimos.

LUCHA DE TITANES

En la década de 1970, el psicólogo estadounidense Wilse Webb desarrolló la teoría de la conservación de la energía. En ella postula que dormimos en aquellos momentos del día en que es menos eficiente buscar alimento. Entonces necesitamos y gastamos menos energía, y nuestro metabolismo disminuye alrededor de un 10%; es decir, nuestras células ya no trabajan a toda máquina. Así, acumulamos reservas que podemos usar cuando verdaderamente las necesitemos.
Del otro lado del ring, la teoría restauradora o reparadora afirma que mientras dormimos el cuerpo recarga las baterías y se pone a punto. Uno de sus representantes es Ian Oswald, que trabajó en el tema en la década de 1960; muchos lo consideran el precursor de los estudios sobre el sueño en el Reino Unido.
Para corroborar esta hipótesis, los científicos se basaron en experimentos con animales de distintas especies a los que les impedían dormir. Sin el descanso necesario, en unas semanas el sistema inmune de estas criaturitas se debilitó paulatinamente hasta que murieron. Aprovechamos para destacar el compromiso y la generosidad de estos pobres bichos en pos del avance científico, así que conste aquí nuestro reconocimiento para ellos.
Cuando descansamos, entra en juego otro factor: nuestro cuerpo secreta la hormona de crecimiento que, entre otras cosas, repara los tejidos. Dicho de un modo más simple, es como si el cuerpo fuera al taller mecánico todas las noches. En el cerebro, mientras estamos despiertos, las neuronas (células del sistema nervioso) producen adenosina, una sustancia que, al acumularse, hace que nos sintamos cansados. Cuando nos metemos entre las sábanas y cerramos los ojos, la adenosina se elimina de a poco y por eso, al despertarnos, estamos bien fresquitos. Entonces, dormir repararía los tejidos del cuerpo y nos quitaría la sensación de cansancio. Algunas sustancias, como la cafeína, bloquean la acción de este compuesto y por eso, cuando tomamos café, por ejemplo, nos mantenemos despiertos y en alerta.
En la tercera esquina del cuadrilátero (en las cuestiones científicas no hay un límite de luchadores) vemos a la teoría de la plasticidad neuronal, mucho más reciente, que plantea la posibilidad de establecer nuevas conexiones entre las células del sistema nervioso mientras dormimos. En otras palabras: se pueden producir cambios en la estructura y organización del cerebro. Como veremos más adelante, en varios institutos del mundo investigan de qué modo el dormir (o dejar de hacerlo) afecta el aprendizaje y la memoria, tanto para poder incorporar nuevos datos y procedimientos como para consolidar los que ya tenemos. Ojo: no vaya a ser que los adolescentes que adeuden un examen de química se escuden en esta teoría para dedicarse a la siesta y, en lugar de enfocarse en el estudio de la tabla periódica, la dejen debajo de la almohada.
Por último, con menos entrenamiento y bastante vapuleada, llega la teoría de la inactividad a ocupar la esquina libre del cuadrilátero. Entre abucheos, sostiene que los animales que se quedan quietos durante la noche tienen menos probabilidad de ser atacados porque no llaman la atención de los predadores. Sin embargo, como bien dice el saber popular, "cocodrilo que duerme es cartera", así que es preferible estar alerta, para reaccionar rápido y escapar, antes que eludir el peligro jugando a las estatuas.
Más allá de quién logre dar el último golpe (o cómo se dividan el ring a la hora de investigar), lo que sí se sabe es que todos compartimos algunas cosas cuando apoyamos la cabeza en la almohada.

NO ME DEJES CAER

 Para analizar qué nos pasa mientras dormimos, los investigadores se centraron en tres aspectos. Por un lado, para medir la actividad cerebral realizaron electroencefalogramas (EEG): con una pasta adhesiva, colocaron electrodos sobre el cuero cabelludo de amables voluntarios y los conectaron a una computadora que registraba las señales eléctricas que producía el cerebro mientras dormían. Al mismo tiempo, midieron el tono muscular por medio de un electromiograma (EMG), procedimiento similar al anterior, pero que dispone los electrodos en músculos de varias partes del cuerpo. Y por último registraron los movimientos de los ojos con un electrooculograma (EOG), con perdón de la palabra.

Después de varias mediciones o, mejor dicho, después de analizar un buen rato a los voluntarios (o, en términos más técnicos, sujetos experimentales) que, llenos de cables, aceptaron hacer una siestita en el laboratorio, los científicos descubrieron que, cuando dormimos, atravesamos diferentes etapas que se repiten cíclicamente a lo largo de la noche (o de la tarde, según los hábitos y costumbres de cada cual).
Cuando Lewis Carroll escribió su Alicia en el país de las maravillas en 1865, difícilmente podía imaginar que desde el comienzo de la obra describía con bastante precisión los diferentes momentos del dormir. Alicia sigue al extraño conejo con chaleco que logra llamar su atención y, casi sin darse cuenta, comienza a caer lentamente. Cae, cae y cae, hasta que siente que se queda dormida y que empieza a soñar. Si quieren saber cómo sigue la historia, lean la novela o vean alguna de las películas que la reelaboraron. Tienen para elegir: desde la primera adaptación para cine, de 1903, se estrenó una nueva versión más o menos cada diez años.
Inspirados o no en el novelista y matemático inglés, los investigadores describieron de modo similar las fases del sueño. Durante la primera etapa, podemos sentir que nos caemos. Nuestros ojos se mueven más lento y los músculos de todo el cuerpo se relajan. En la segunda, los ojos se detienen y las ondas que emite nuestro cerebro se vuelven más lentas, aunque muestran picos ocasionales de actividad. Durante este período, nuestro sueño es liviano: es más fácil que nos despierten, y en muchos de esos casos llegamos a negar que estábamos durmiendo.
Una vez que termina la caída, entramos en un sueño profundo. En la tercera y en la cuarta etapas es más difícil que nos despierten y, si logran hacerlo, estaremos algo desorientados y somnolientos. [...]
EL BLOG OPINA
                                   Amena nota para todo público, sobre uno de los misterios más insondables en el comportamiento biológico de los seres vivos: El acto de dormir. En el sueño dejamos de ser lo que somos o lo que creemos ser, al sumergirnos en un mundo de "fantasía" o quizá de "realidades" para adentramos hacia un espacio existencial, definitivamente personal e íntimo. Nos parece una forma paralela de la vida ordinaria, mucho más rica en acontecimientos, amplitud y autonomía. Dormir plenamente y hacerlo en paz es uno de los actos más saludables y reconfortantes de la vida.

sábado, 19 de octubre de 2013

Alejandra Benítez. Lo que Natura da, nadie lo quita...



Juan Yáñez
La Ministra del Poder Popular para el Deporte, de la República Bolivariana de Venezuela, Alejandra Benítez, que fuera nombrada en el cargo por el presidente Maduro en abril del 2013, se ha sentido ofendida. Y no es para menos. La bella funcionaria ha sido cuestionada por sus declaraciones a la prensa nacional en la que ha reconocido que hubo irregularidades en cuanto a la entrega de divisas a deportistas y asintiera que ya hay detenidos por el caso; sin embargo se negó a dar nombres. Al respecto, dijo: 
“La teoría del chisme del venezolano no mide para hablar de personas sin prueba alguna. Miseria Humana (sic) Cuando se ataca al capital siempre sale un herido u ofendido”. Posteriormente  agregó: “Como dicen: con la verdad ni ofendo ni temo… Me da un fresquito (…) Por aquí siguen ladrando pero con caretas… No dan la cara ni son capaces de hacer denuncias formales… Seguimos avanzando”.
La Benítez, de 32 años, deportista, dedicada a la esgrima, de profesión odontóloga, también modelo, ha sido plenamente elogiada por la prensa internacional quien le ha dado interés no solo por su carrera deportiva sino por su belleza.

Ha participado en las tres últimas olimpiadas (Atenas 2004, Pekín 2008y Londres 2012), también de desempeñó como coordinadora de trabajo social y diputada suplente por el partido oficialista en la Asamblea Nacional durante el gobierno de Hugo Chávez, al que lo considera "un padre para mí".

 Concluyó, haciendo referencia a las fotografías artísticas que circularon por las redes sociales tras su nombramiento al frente del Ministerio del Deporte.
 Publicó vía Twitter: “Aquel o aquella envidiosa q le duele mis fotos artísticas lo siento x ell@s, les puedo enviar el numero de mis fotógrafos (no hacen milagros)”

Por nuestra parte creemos que tiene toda la razón y a las pruebas nos remitimos: Lo que Natura da, nadie lo quita...






Fotos: www.revistadominical.com.ve


lunes, 26 de agosto de 2013

El otro genocidio: el armenio


POR JULIETA ROFFO  Clarín


Entre 1915 y 1923, a través de marchas forzadas, asesinatos, hambre y sed, el Imperio Otomano persiguió a la población armenia. Se estiman entre un millón y medio y dos millones de muertos.

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26/08/13 - 12:58
El Holocausto que asedió mayormente a la población judía durante los años de nazismo es uno de los más grandes crímenes de la Humanidad, por su brutalidad y por su número inmenso de víctimas. Sin embargo, no se trató del único del siglo XX: unos años antes, entre 1915 y 1923, se produjo el genocidio armenio, considerado por muchos historiadores como el “primer genocidio sistemático moderno”, aunque al día de hoy el gobierno turco no lo reconozca como tal. 

Esta matanza, cuyo número total de víctimas está estimado entre un millón y medio y dos millones de civiles armenios, comenzó el 24 de abril de 1915 cuando el gobierno del entonces Imperio Otomano, en mano de los Jóvenes Turcos, decidió apresar a 35 intelectuales armenios entre los que había escritores, médicos, sacerdotes y poetas, entre otros líderes de esa comunidad en lo que hoy es Estambul. 

Algunos días después a ese 24 de abril, día en que hoy es mundialmente recordado el genocidio armenio, los detenidos ya eran 600 y muchos de ellos fueron asesinados. A principios de junio, el gobierno otomano ordenó deportar a toda la población armenia sin permitirles cargar con medios que les ayudaran a sobrevivir. No fueron el único grupo étnico perseguido, como ocurriría luego durante el nazismo: los asirios y los serbios, entre otros, también fueron asediados, aunque eran minoría. 

La “coartada” de los Jóvenes Turcos al mando del Imperio Otomano era que los armenios estaban encabezando algunos movimientos rebeldes de corte nacionalista: con ese argumento, los obligaron a participar de marchas forzadas que duraban cientos de kilómetros, en las cuales los gendarmes, además, les robaban y los violaban, e imperaba el hambre y la sed que muchas veces conducían a la muerte. Según los historiadores que reconocen el genocidio, se calcula la existencia de unos 26 campos de concentración, algunos únicamente fosas comunes, otros lugares en los que las epidemias y la inanición terminaban con la vida de las víctimas. Esos campos se ubicaban especialmente cerca de las fronteras con Siria e Irak. 

Esta grave matanza, a pesar de su masividad, es aún discutida en el mundo: sólo 22 Estados la reconocen como un genocidio, entre los cuales se cuenta la Argentina. Sin embargo, el 15 de diciembre de 1915, el New York Times titulaba “Un millón de armenios asesinados o en el exilio”, lo que da cuenta de la brutalidad desplegada por el Imperio Otomano. La actual República de Turquía no ha negado la masacre de civiles, pero aún así, no admite que se haya tratado de un genocidio: para este Estado no hubo un plan de exterminio masivo y sistemático, sino que se trató de “luchas inter-étnicas”. Las diferentes lecturas sobre este mismo hecho, entre otros conflictos, implicaron el cierre de la frontera entre Turquía y Armenia en 1994, aún vigente. 

Un ejemplo de la negación por parte del estado turco del genocidio armenio son las duras críticas que el escritor Orhan Pamuk, nacido en Estambul en 1952 y ganador del Premio Nobel de Literatura en 2006, ha recibido en su país al referirse a la masiva matanza. No fue el único: también el escritor Kurt Vonnegut mencionó el tema en su novela “Barbazul”, de 1988, cuyo protagonista es un sobreviviente de ese genocidio. Y el cantante franco-armenio Charles Aznavour escribió en 1975 la canción “Ils sont tombés” (“Ellos cayeron”) inspirado en las víctimas. 

En 1985, el Diario Armenia, una publicación de la comunidad de esa nación en la Argentina, incluyó en su edición el testimonio de Krikor Vartian, un sobreviviente de aquellos años nacido en 1903: “Cuando quedé solo en casa, una mañana, llegan soldados turcos a la ciudad, matando a todo armenio que encontraran en su camino. Sentí los gritos de la gente y me escondí en un subsuelo a 50 centímetros que tenía el piso de madera de la habitación. De pronto sentí cuando entraron y comenzaron a clavar sus lanzas en los pisos porque sabían que estos servían de escondite. Me puse contra un rincón y me salvé”, reconstruyó Vartian, y agregó: “Estos episodios similares a una película viven permanentemente delante de mis ojos cada vez que duermo. Siempre sueño con estas atrocidades y me despierto creyendo que estoy allí. Recuerdo que un día antes llovía y al día siguiente comenzaron a morir miles de personas. Ya no éramos tratados como gente, parecíamos animales…”.

La violencia deshumanizadora estaba a la orden del día, y se cobró miles de vidas, aunque casi cien años después todavía se discuta el nombre de aquella matanza

domingo, 21 de julio de 2013

Lo que no es preciso para ser feliz


Por Frei Betto

Al viajar por Oriente, mantuve contacto con los monjes del Tibet, en Mongolia, Japón y China.  Eran hombres serenos, solícitos, reflexivos y en paz con sus mantos de color azafrán.
El otro día, observaba el movimiento del aeropuerto de San Pablo: la sala de espera llena de ejecutivos con teléfonos celulares, preocupados, ansiosos, generalmente comiendo más de lo que debían.
Seguramente ya habían desayunado en sus casas, pero como la compañía aérea ofrecía otro café, todos comían voraz-mente.
Aquello me hizo reflexionar: “¿Cuál de los dos modelos produce felicidad?”
Me encontré con Daniela, de 10 años, en el ascensor, a las 9 de la mañana, y le pregunté: “¿No fuiste a la escuela?” Ella respondió: “No, voy por la tarde.”
Comenté: “Qué bien, entonces por la mañana puedes jugar, dormir hasta más tarde.”
“No”, respondió ella, “tengo tantas cosas por la mañana…”
“¿Qué cosas?”, le pregunté.
“Clases de inglés, de baile, de pintura, de natación”, y comenzó a detallar su agenda de muchachita robotizada.
Me quedé pensando: “Qué pena que Daniela no dijo: “¡Tengo clases de meditación!”
Estamos formando súper-hombres y súper-mujeres, totalmente equipados, pero emocionalmente infantiles.
Una ciudad progresista del interior de San Pablo tenía, en 1960, seis librerías y un gimnasio; ¡hoy tiene sesenta gimnasios y tres librerías!
No tengo nada contra el mejoramiento del cuerpo, pero me preocupa la desproporción en relación con el mejoramiento del espíritu. Pienso que moriremos esbeltos: “¿Cómo estaba el difunto?”: “¡Oh, una maravilla, no tenía nada de celulitis!”
Pero, ¿cómo queda la cuestión de lo subjetivo? ¿De lo espiritual? ¿Del amor?
Hoy, la palabra es “virtualidad”. Todo es virtual. Encerrado en su habitación, en Brasilia, un hombre puede tener una amiga íntima en Tokio, sin ninguna preocupación por conocer a su vecino de al lado. Todo es virtual. Somos místicos virtuales, religiosos virtuales, ciudadanos virtuales. Y somos también éticamente virtuales…
La palabra hoy es “entretenimiento”; el domingo, entonces, es el día nacional de la imbecilidad colectiva.
Imbécil el conductor, imbécil quien va y se sienta en la platea, imbécil quien pierde la tarde delante de la pantalla.
Como la publicidad no logra vender felicidad, genera la ilusión de que la felicidad es el resultado de una suma de placeres: “Si toma esta gaseosa, si usa estas zapatillas, si luce esta camisa, si compra este auto, ¡usted será feliz!”
El problema es que, en general, ¡no se llega a ser feliz! Quienes ceden, desarrollan de tal forma el deseo, que terminan necesitando un analista. Quienes resisten, aumentan su neurosis.
El gran desafío es comenzar a ver cuán bueno es ser libre de todo ese condicionamiento globalizante, neoliberal, consumista. Así se puede vivir mejor. Para una buena salud mental son indispensables tres requisitos: amistades, autoestima y ausencia de estrés.
Hay una lógica religiosa en el consumismo posmoderno.
En la Edad Media, las ciudades adquirían status construyendo una catedral; hoy, en Brasil, se construye un shopping-center.
Es curioso, la mayoría de los shopping-center tienen líneas arquitectónicas de catedrales estilizadas; a ellos no se puede ir de cualquier modo, es necesario vestir ropa de misa de domingo. Y allí dentro se siente una sensación paradisíaca: no hay mendigos ni chicos de la calle ni suciedad…
Se entra en esos claustros al son gregoriano posmoderno, aquella musiquita de esperar al dentista.
Se observan varios nichos, todas esas capillas con venerables objetos de consumo, acolitados por bellas sacerdotisas.
Quienes pueden comprar al contado se sienten en el reino de los cielos.
Si debe pagar con cheque posdatado o a crédito, se siente en el purgatorio.
Pero si no puede comprar, ciertamente se va a sentir en el infierno…
Felizmente, terminan todos en una eucaristía posmoderna, hermanados en una misma mesa, con el mismo jugo y la misma hamburguesa de Mac Donalds…
Acostumbro a decirles a los empleados que se me acercan en las puertas de los negocios: “Sólo estoy haciendo un paseo socrático”. Delante de sus miradas espantadas, explico: “Sócrates, filósofo griego, también gustaba de descansar su cabeza recorriendo el centro comercial de Atenas. Cuando vendedores como ustedes lo asediaban, les respondía: …”¡Sólo estoy observando cuántas cosas existen que no necesito para ser feliz!”
Colaboración de Enrique Ruiz Langtry
Gráfica: www,tinerguia.com
EL BLOG OPINA
                           Alguien dijo con la mayor sabiduría: “La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar”. Ese alguien, fue Thomas Chalmers (1780-1847), un ministro presbiteriano, además teólogo, escritor y reformador social escocés. La simpleza de éste pensamiento sobrepasa todo tratado para explicar el significado de la “felicidad”; ardua empresa que quitara el sueño a innumerables  pensadores desde que el mundo existe. La nota que antecede, escrita por el periodista  brasilero Frei Betto, nos muestra la cuestión, enfocada desde la óptica de la “tecnología”, una aplicación que parece servir para todo, hasta para calentar la sopa, que de tanto buscar la “felicidad”,se nos ha enfriado…

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lunes, 17 de junio de 2013

Héctor Alterio: “Mi vida es como un tango”



Sensible. Alterio asegura que “no son los años, es la vejez” lo que lo pone así . / Andrés D’Elia CINE Clarín Espectáculos

A los 83 años, y después de una década sin filmar en la Argentina, llegó para rodar “Fermín, la película”, donde interpreta a un hombre internado en un neuropsiquiátrico que sólo puede comunicarse diciendo letras de tango. Aquí, habla de la nostalgia.
17.06.2013
Héctor Alterio flota como en un tango. Adentro de este asilo público de ancianos en que se filma Fermín, la película, hay un desamparo parecido al que sintió hace 40 años. Entonces las fronteras entre interior y exterior son confusas. Ya no sabe si estar afuera es volver a la Argentina o a España. Si adentro es de uno u otro lado del océano. Si el encierro es un geriátrico o un país. “Esta profesión me lleva y me trae. Pero una cosa es ir a Roma y otra volver a Buenos Aires. Me provoca contradicción Buenos Aires. Y al principio, rechazo. El sentimiento es agridulce. Antes de aceptar volver me pregunté: ‘¿Me voy a cabrear en la Argentina?’”.
Por estos pabellones de la vejez, los altoparlantes apuñalan con milongas. Hay sillas de rueda. Miradas al vacío. Vacío. El de mirada azul plena es el hombre del inmortal Pucha, que vale la pena estar vivo.

Llevaba casi una década sin filmar en el país hasta que los directores Hernán Findling y Oliver Kolker llamaron a España con propuesta tanguera. “Quisieron que yo sea Fermín, el alterado mentalmente que sólo puede comunicarse recordando letras de tango. Un señor que tuvo un desgarro tan grande que se brotó”, explica Alterio, 83 años, alma de bandoneón. Quien dude de su alma debería conocer apenas un dato: bautizó a su hija Malena Grisel.
¿Cómo explica ese “agridulce”?


Es que al principio rechazo los encuentros. Pero una vez aquí, el sentimiento es una cosa tan impactante. Tan emotiva. Me traían desde el hotel hasta aquí, Chacarita. Pasé por Los Andes, por el Cementerio, por Federico Lacroze, Corrientes, la Avenida Forest.... ¡Todo eso me pertenece por derecho propio! ¡Pero yo me desvinculé de esa propiedad y no porque quise! De pronto me empujaron y ahora todo es muy confuso. No puedo precisar esa cosa de amor-odio. Querer y no querer.
Usted y sus dos mitades, como todo inmigrante...


Totalmente. Mis dos mitades. No hay una definición completa de lo que me pasa. Me gusta, pero no me gusta cuando estoy. Y a la inversa. Antes de venir me preguntaba: “¿Me voy a enredar en Buenos Aires?”.
La película tiene tanto que ver con el tango. ¿De qué manera se ha relacionado con el tango en su vida?


Cuando trabajaba de empleado, en vez de irme a mi casa, me tomaba el subte. Me bajaba en Callao y Corrientes. El periplo de Callao hasta Carlos Pellegrini, tanto en una acera como de la otra, era de las orquestas. Pasaban la tarde hasta la noche. Se alternaban. Entonces yo me iba casi sin comer a un local de tango, al otro, al otro. Hablo de 1945. De ahí ingreso al movimiento de teatro independiente y se produce un cambio ideológico, estético. No porque lo haya querido sino por el ambiente que me proporcionaba el teatro independiente. Eso confrontó con mi pasión por el tango que venía desde infante.
¿Y al llegar a España abandonó definitivamente el tango o se aferró más?


Se acrecentó. No hay, se quiere. No hay, se desea, se anhela. Cuando no hay, se produce una intensidad que no hay cuando tenés. Cuando no tenés, deseás más. Para que tengas una idea, mi hija que nació acá y a los seis meses fue llevada por nosotros fue llamada Malena. Y el segundo nombre, Grisel. Pum, pum. Dos sellos musicales. (Cambia de tema y se pone a cantar Porteño y bailarín).
Me hiciste tango como soy, romántico y dulzón..
. Es increíble. Alrededor de los años, presencias, ausencias, nacimientos, muertes. Y aparece un tango y te lo acordás.
¿Los años lo pusieron más sensible?


No son los años. Es la vejez. La vejez sensibiliza, se llora con más frecuencia, se tiene miedo con más frecuencia. La vejez es una actitud mental como dicen. Está bien, es actitud, pero no me vengan con ese verso. También es física y no puedo controlarla. Seguir trabajando es salud para mí. Yo no trabajo por trabajar, trabajo para vivir. Porque con el trabajo de mi mujer no alcanza solamente hoy.
Qué curioso. Uno piensa que con todo lo que usted hizo debería tener la vida económicamente resuelta...


En esta época de crisis en España no es así. No hay tanta oferta de trabajo, los espacios entre trabajo y trabajo son más largos y se agotan las reservas.
¿Qué le provocan lugares como éste, un hogar público de ancianos donde hay tanta sensación de abandono?


Estaba pensando que aquí todo se toma de modo tan natural que afecta sólo a la persona que viene de afuera. Acá dentro ni siquiera sienten el ruido. Pero el abandono es un tema más grande y permanente en todas las cosas. Venía en el auto y pensaba en los adoquines que obligan a los vehículos a andar lento. Da la sensación de que fue así toda la vida y así va a ser toda la vida. Las calles de adoquín se mezclan con mi infancia y siento todo junto. Recuerdo mi partida cuando se había producido la amenaza de la Triple A contra mí, contra Brandoni, Nacha Guevara, Norman Briski y Horacio Guarany... Es movilizante en todos los sentidos estar aquí.
¿Fantasea con volver a la Argentina para terminar sus días acá?


Lo pensé tantas veces en 40 años. Primero tenía la excusa de no provocarle a mis hijos un desarraigo como el que tuve yo. Pero cuando mis hijos dejaron de depender de mí, me empecé a buscar otras excusas.
Cuerpeó más de 100 películas. ¿Con qué sueña ya?


¿Con qué? En estos tiempos las propuestas de cine ya son milagrosas para mí. Sueño apenas con que gane el Real Madrid. Que Messi esté en Barcelona es un accidente (se ríe). De Chacarita, mi amor, no digas nada porque me da pudor ya no saber los nombres de sus jugadores. Qué se yo. Poné que sueño con seguir haciendo las cosas bien. Sólo eso.
Usted en definitiva se parece mucho a un tango...



Y sí. Mi vida es como un tango. Chan chan. Música fúnebre, lo bueno, lo malo. Después, aunque uno no pueda creerlo, pasan 40 años. Rápido, un flash. A veces me parece que fue que le pasó a otro todo esto. Qué más remedio que conformarse. ¿No?

lunes, 22 de abril de 2013

Un paseo por diez grutas para adentrase en las profundidades de la Tierra y descubrir sus tesoros ocultos.


Cueva del Lago Azul (Brasil)

Las más asombrosas cuevas del mundo
SESCSP
Gruta del Lago Azul
En la región brasileña del Mato Grosso, en el municipio de Bonito, se esconde la Gruta del Lago Azul, una espectacular cueva con una gran variedad de formaciones geológicas y un lago que se estima puede tener 90 metros de profundidad y un color de un profundo azul. Al medio día de diciembre y enero el sol llega hasta el lago y el azul rebota por las paredes de la cueva convirtiendo la visita en un verdadero espectáculo.
Descubierta en 1924 por unos indios locales, no sería hasta 1992 cuando se hizo el mayor hallazgo. Un equipo de expertos buceadores encontraron miles de huesos de animales prehistóricos en el interior del lago, tigres dientes de sable y demás mamíferos gigantes de la era del Pleistoceno. Sin embargo no se ha hallado ningún vestigio de vida humana por lo que se cree que nunca nadie había accedido a su interior hasta el momento de ser descubierta.
La dificultad del terreno y la bajada hasta el lago -unos 100 metros de profundidad- impide la entrada a menores de cinco años y obliga a ir equipado con ropa cómoda y calzado deportivo.

2Cueva de los Cristales Gigantes (México)

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El desierto mexicano de Chihuahua guarda bajo tierra, a 300 metros de profundidad, en las minas de Naica, unas asombrosas formaciones de cristales gigantes, los más grandes descubiertos en el planeta. Llegan a medir hasta 13 metros y pesan más de 55 toneladas.
Estos cristales se formaron por el flujo de agua que anegaba la cueva hasta que en 1975 fue drenada para explotar la mina -de plomo y plata- y se fue disolviendo el sulfato de calcio creado por magma caliente procedente de las profundidades de la Tierra que quedó allí atrapado hace 600.000 años.
De las cámaras que alojan estos cristales, únicamente la denominadaCueva de los Cristales está abierta al público. No se puede acceder a la cámara con formaciones de mayor tamaño, ya que su temperatura es sumamente elevada.

3Gruta de Jeita (Líbano)

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En el valle de Nahr al-Kalb, en la localidad de Jeita, a 18 kilómetros al norte de la capital libanesa de Beirut, está la gruta de Jeita, un conjunto de dos cuevas conectadas entre sí de piedra caliza cárstica, con una longitud total de aproximadamente 9 kilómetros.
Aunque habitada en la prehistoria, la cueva inferior fue descubierta en 1836 y la misma solo puede ser visitada en pequeños botes, ya que se encuentra sumergida en los canales de un río subterráneo que abastece agua potable a más de un millón de libaneses.
En 1958, espeleólogos libaneses descubrieron las galerías superiores de 60 metros por encima de la cueva inferior. Esas galerías han sido acopladas con un túnel de acceso y una serie de pasarelas para que los visitantes tengan el acceso seguro sin alterar el paisaje natural. La parte alta de esta cueva, posee la estalactita más grande del mundo, que al mismo tiempo está compuesta de una serie de divisiones que poseen picos de aproximadamente una altura de 120 metros.

4Grutas de Cacahuamilpa (México)

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El Parque Nacional Grutas de Cacahuamilpa, en México, se encuentran las grutas de Cacahuamilpa. Descubiertas en el año 1834, las grutas están consideradas como unas de las más impresionantes del mundo. El visitante puede contemplar en su interior una interminable serie de figuras repartidas entre 2,5 kilómetros de túneles abiertos al público.
El lugar, que fue habitado por tribus locales quienes utilizaban las cavernas para realizar ceremonias y cultos a sus dioses, tiene 90 salones iluminados artificial y naturalmente, cubiertas de estalactitas y estalagmitas. Estas formaciones naturales forman caras, rostros y figuras, como las vistas en los salones del chivo, del trono, la fuente, las palmas, la catedral.

5Algar do Carvao (Isla de Terceira, Portugal)

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Adentarse en las profundidades de un volcán es sin duda una de las experiencias más impactantes para un explorador. La cueva de Algar do Carvao, en el centro de la isla de Terceira en las Azores, es una cavidad de lava volcánica creada durante una erupción hace unos 2.000 años.
Descendiendo unos cien metros en la tierra, el visitante puede acceder a través de una chimenea volcánica hasta el interior de las grutas llenas de estalactitas y estalagmitas formadas por depósitos de ácido silícico algo muy poco común en esta zona y contemplar una piscina de agua cristalina.
La existencia de la cueva era conocida desde tiempos antiguos, pero la falta de luz en su interior y el peligro de una bajada vertical retrasó el primer descenso hasta 1893. En 1963 se realizó la primera inspección completa. Ahora, con el uso de sistemas de iluminación portátiles, ha aumentado la cantidad de personas que pueden examinar, de primera mano, las secciones más remotas y estrecho de la caverna.

6Cueva de Nerja (Málaga)

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La Cueva de Nerja es una de las más impresionantes que existen en el mundo tanto por sus dimensiones como por los años de antigüedad. Descubierta en 1959, la «Catedral natural de la Costa del Sol» tiene abierta al público una superficie de unos 140.000 metros cuadrados dividida en tres grandes concavidades: las Galerías Turísticas, las Galerías Altas y las Galerías Nuevas.
Hay que destacar los restos arqueológicos encontrados, útiles, fósiles y pinturas, ya que la cueva fue habitada desde hace 30.000 años, estando oculta los últimos 3.000, lo que ha permitido su protección. Pero lo más atrayente es la gran columna situada en la Sala del Cataclismo, con una altura de 60 metros y un diámetro de 18 metros. En 1961 fue declarada Monumento Histórico Artístico.

7Cueva de Altamira (Cantabria)

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La cueva de Altamira, en Santillana del Mar, Cantabria, es una cavidad natural en la roca en la que se conserva uno de los ciclos pictóricos y artísticos más importantes de la Prehistoria. Bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos fueron pintados o grabados durante los milenios en los que la cueva de Altamira estuvo habitada, entre hace 35.000 y 13.000 años antes del presente. Estas representaciones se extienden por toda la cueva, a lo largo de más de 270 metros.
La cueva de Altamira es relativamente pequeña y presenta una estructura sencilla formada por una galería con escasas ramificaciones y termina en una larga galería estrecha y de difícil recorrido.
Desde su descubrimiento por un cazador en 1868 ha sido excavada y estudiada por los principales prehistoriadores de cada una de las épocas una vez que fue admitida su pertenencia al Paleolítico. Calificada como la «Capilla Sixtina» del arte rupestre, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985. Hace unos 13.000 años la entrada de la cueva se derrumbó sellando la entrada, lo que permitió la conservación de sus pinturas y grabados y del yacimiento arqueológico en sí.
En 1917 se abrió la cueva al público en general pero tras numerosos estudios que señalaban el riesgo en la conservación de las pinturas se decidió clausurar la cueva y levantar en 2001 el Museo Nacional de Altamira con la reproducción más fiel que existe de la original y muy similar a como se conocía hace unos 15.000 años.

8Cuevas del Drach (Mallorca)

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Situadas en la costa oriental de Mallorca, las cuevas del Drach son cuatro grandes cuevas que se encuentran en la isla de Mallorca, en el municipio de Manacor. La cuatro grutas, -Negra, Blanca, Cueva de Luis Salvador y de los franceses-, se encuentran conectadas entre sí y se han formado por la acción de la entrada del agua del mar Mediterráneo, y algunos estudiosos consideran su formación podría remontarse al Mioceno que comenzó hace 23 millones de años y terminó hace 5.332 millones de años.
Estas cuevas constituyen uno de los principales atractivos turísticos, y son, sin duda alguna, unas de las más destacables de la isla, ya que presentan un desarrollo horizontal cercano a los 2.400 metros de longitud y una profundidad, en su cota máxima de 25 metros bajo la superficie.
Las cuevas esconden en su interior un gran lago subterráneo, el Lago Martel, considerado uno de los mayores de estas características del mundo con 177 metros de largo por 30 metros de ancho, donde se ofrecen diariamente conciertos de música clásica y se puede pasear en barca. .

9Las Grutas de Škocjan (Eslovenia)

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Las Grutas de Škocjan, en la región de Kras en el suroeste de Eslovenia, esconden en su interior hasta cinco kilómetros de pasajes subterráneos, con cuevas de más de 20 metros de profundidad y varias cascadas. La denominada Cámara Martelovaes la mayor con 123 metros de ancho por 300 metros de largo y una altura de 146 metros en su zona más alta.
Otro de los atractivos de la cueva es el río Reka que se vuelve subterráneo en el interior de esta cavidad fluyendo bajo tierra hacia el mar Adriático durante 34 kilómetros emergiendo en las inmediaciones de Mongalcone, lugar en el que se convierte en afluente del río Timavo.
Las Grutas calizas de Škocjan con dolinas colapsadas, son uno de los mejores lugares del mundo para el estudio de los fenómenos kársticos un sistema de cuevas y están consideradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1986.

10Cueva del Diablo (Sao Paulo, Brasil)

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Estalactitas, estalagmitas, columnas de piedra que hacen volar la imaginación, así es la misteriosa Cueva del Diablo, en Sao Paulo una gruta de unos 6.000 metros de largo de los que solo 400 están abiertos al público en general.

La entrada de la cueva, perfectamente acondicionada, se encuentra a 500 metros de altura. Escaleras, pasadizos y pasarelas iluminados artificialmente permiten el visitante transitar por los curiosos paisajes interiores donde no faltan las cortinas de piedra y las cascadas de agua.
Se cree que aún pueden quedar miles de metros de corredores por descubrir y quien sabe si algún día algún intrépido espeleólogo se atreve a desafiar la leyenda que cuenta que este pasaje que conduce al centro de la Tierra se negó la entrada porque el diablo circula diariamente por él.

Publicado por:

ABCViajar